Desde el momento en que Eli y yo nos sentamos para planificar este proyecto supimos que teníamos que contar muchas cosas. Tal vez, incluso, contar una historia.
Ella estuvo increíble, a pesar del frío y ese miedo que tenemos todos a enfrentarnos a la cámara y desnudar nuestras emociones. Poco a poco fuimos guiándonos por la luz y por lo que nos decía el propio bosque.
Me encanta vivir en un lugar donde a tan solo quince minutos puedes evadirte del ruido y la velocidad de la ciudad. Este lugar tranquilo fue el emplazamiento perfecto para ir con Miguel. Para que me mostrara cómo un hombre puede moverse con el viento a través de la danza.
Nala es una boxer con una energía increíble; tanto que, cuando salimos a hacer una sesión de fotos especial para ella, no podía dejar de corretear de un lado para otro y jugar. Estos perros, me dijeron, no saben cuándo parar y no descansan hasta que no pueden más.
Tristemente, hace unos meses enfermó y tuvo que ser sometida a un tratamiento muy duro y a varias intervenciones quirúrgicas. Ahora está estable pero sus padres, Javi y Alejandro, se llevaron un buen susto.