Nala es una boxer con una energía increíble; tanto que, cuando salimos a hacer una sesión de fotos especial para ella, no podía dejar de corretear de un lado para otro y jugar. Estos perros, me dijeron, no saben cuándo parar y no descansan hasta que no pueden más.

Tristemente, hace unos meses enfermó y tuvo que ser sometida a un tratamiento muy duro y a varias intervenciones quirúrgicas. Ahora está estable pero sus padres, Javi y Alejandro, se llevaron un buen susto.

Ellos siempre están de aventura con Nala y, siempre aprovechan para hacerle fotos. Se podría decir que la conocen muy bien. Cuando se pusieron en contacto conmigo me contaron su historia y el porqué decidieron recurrir a un fotógrafo. Nala era traviesa, se movía por todas partes, siempre quería jugar y no podía estar parada más de un minuto seguido. Puse todo mi empeño para conseguir estas fotos. Ellos saben que algún día dejarán de dar paseos con Nala, pero si lo conseguíamos, Nala estaría siempre en sus corazones.

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