Me encantan las bodas. Un montón de personas se organizan durante meses, incluso años, para dar lo mejor de sí mismas y celebrar el amor.
La boda de Edu & Jose no fue una excepción. Unir dos familias de dos ciudades diferentes y reunirlas en la hermosa ciudad de Granada. La celebración fue espectacular y, mientras iba sucediendo todo, traté de representar la esencia de cada gesto, de cada sorpresa y de cada lágrima.
Por esta vez, el bosque, el sonido del río a lo lejos y la tranquilidad no fueron suficientes. Andi y yo recorrimos este lugar abandonado durante un par de horas y lo convertimos en nuestro hogar.
En silencio y con la cabeza llena de ideas, íbamos llenando el espacio con nuestra esencia.
Me encanta vivir en un lugar donde a tan solo quince minutos puedes evadirte del ruido y la velocidad de la ciudad. Este lugar tranquilo fue el emplazamiento perfecto para ir con Miguel. Para que me mostrara cómo un hombre puede moverse con el viento a través de la danza.
Una de las cosas que más me gusta de esta profesión es lo que aprendo de los demás. Amalia y Pablo me enseñaron muchas cosas este día. Tuve la suerte de ser un invitado más, pues me trataron como tal. Sentarme al lado de ellos, compartir momentos con los invitados y hasta salir en alguna que otra foto.