Me encantan las bodas. Un montón de personas se organizan durante meses, incluso años, para dar lo mejor de sí mismas y celebrar el amor.
La boda de Edu & Jose no fue una excepción. Unir dos familias de dos ciudades diferentes y reunirlas en la hermosa ciudad de Granada. La celebración fue espectacular y, mientras iba sucediendo todo, traté de representar la esencia de cada gesto, de cada sorpresa y de cada lágrima.
Granada; tiene esas temperaturas tan locas. Un calor sofocante en los veranos que pasa a brisa y fresco en sus atardeceres. Samuel y yo decidimos salir de casa; que tras horas de edición y montaje es de agradecer. Hicimos un poco de investigación con nuestras cámaras en un lugar tan atmosférico como es el Albaicín. Con sus mil rincones y sus cientos de calles. Un laberinto blanco y marrón que intenta atravesar la ciudad.
Se acerca el verano, la luz y el calor no eran los mismos que hacía unos meses atrás. José Luís quería descubrir qué es lo que se hacía en una de mis sesiones y yo quería comprender qué era capaz de mostrar de sí mismo. De nuevo combinamos la naturaleza y el retrato para lograrlo.
Un hombre que esconde muchos secretos, cargado de cosas que ofrecer. Un placer compartir confidencias contigo.
Y nos volvimos a encontrar... días más tarde; para comprender.
Modelo: Andi B.
Por esta vez, el bosque, el sonido del río a lo lejos y la tranquilidad no fueron suficientes. Andi y yo recorrimos este lugar abandonado durante un par de horas y lo convertimos en nuestro hogar.
En silencio y con la cabeza llena de ideas, íbamos llenando el espacio con nuestra esencia.
Me encanta vivir en un lugar donde a tan solo quince minutos puedes evadirte del ruido y la velocidad de la ciudad. Este lugar tranquilo fue el emplazamiento perfecto para ir con Miguel. Para que me mostrara cómo un hombre puede moverse con el viento a través de la danza.
Nala es una boxer con una energía increíble; tanto que, cuando salimos a hacer una sesión de fotos especial para ella, no podía dejar de corretear de un lado para otro y jugar. Estos perros, me dijeron, no saben cuándo parar y no descansan hasta que no pueden más.
Tristemente, hace unos meses enfermó y tuvo que ser sometida a un tratamiento muy duro y a varias intervenciones quirúrgicas. Ahora está estable pero sus padres, Javi y Alejandro, se llevaron un buen susto.
¿A que es genial cuando delante de la cámara tienes a gente tan guapa? Esa es la sensación que tuve yo al trabajar con Mari y Rafa. Un auténtico placer. Os dejo con las imágenes de la colaboración conjunta con Raquel Ruyz.
En el corazón de Granada se encuentra este centro de bienestar y tranquilidad donde se realizan masajes y se practica el mindfulness. Fotografiar las prácticas que aquí se hacen ha sido para mí todo un placer. Todo gracias a Roberto, que me mostró todo su trabajo con sumo cuidado.
Una de las cosas que más me gustan de Granada es que tiene grandes rincones donde puedes perderte entre los árboles. Compartir esa magia con Amalia, Pablo y con la pequeña Sara ha sido una experiencia alucinante. Todos teníamos unas ganas increíbles de pasar un día en la naturaleza, rodeados de la paz que te otorgan los bosques.